En ese momento ella sonrió y sacó su bolsa de dados mostrando sus d4 (dados de 4 caras), d6 (dados de 6 caras), d8 (dados de 8 caras), d10, (¿no hace falta que siga, verdad?), d12, d20. La sorpresa fue, como siempre, unánime. Pocas personas, que no sean roleros, conocen otros dados diferentes a los d6.
En este momento, los roleros deben estar diciendo: "Qué aburrido, va a hablar de dados... nada nuevo para nosotros..." Pues..., ahora para los roleros: ¿alguna vez han visto d3 y d6, que no sean cúbicos? ¿dados de d5, d7, d14, d16, d24, d30, d100 (que no sean 2d10) y d10000?Si ya logré su atención, me alegro, porque de aquí en adelante vienen algunas explicaciones.Un poliedro regular (también conocido como sólido platónico, cuerpo cósmico, sólido pitagórico o poliedro de Platón) es un cuerpo geométrico cuya superficie está compuesta de un número finito de polígonos regulares.
Se cree que Pitágoras conoció los 5 poliedros regulares que existen y luego, 4 de éstos (tetraedro o d4, hexaedro o d6, icosaedro o d20, octaedro o d8) fueron asociados con los 4 elementos de los griegos antiguos (tierra, fuego, agua, aire). El quinto de ellos, el dodecaedro o d20 se asignó al universo o al concepto de dios en algunos casos.
Para aquellos que no tengan una buena imaginación espacial abstracta, en esta página pueden ver los 5 poliedros con un applet de Java, muy útil para visualizar.
Johannes Kepler consideró que las órbitas de los planetas debían seguir las leyes pitagóricas de la armonía, ya que pensaba que no era una mera casualidad que el número de planetas (que se conocían hasta la fecha) fuera 6. Él pensaba que Mercurio debía estar en una esfera interior, y los otros planetas (Venus, Tierra, Marte, Júpiter y Saturno) estaban dentro de los diferentes poliedros regulares.
Más tarde se dió cuenta (por mediciones que hizó Tycho Brahe sobre la órbita de Marte) que eso era imposible. Después de mucho trabajo y luego de probar con círculos, óvalos y por último elipses, enunció sus famosas 3 leyes del movimiento de los planetas.
Bueno, espero que no se encuentren dormidos luego de esta breve reseña histórica que me pareció interesante. Los espero en el próximo post para seguir explicándoles el por qué los poliedros son útiles como dados...
¡¡¡Simplemente porque los mismos presentan una simetría tal que nos permite asegurar que la posibilidad de que caiga sobre cualquiera de sus caras es la misma!!!
Se cree que Pitágoras conoció los 5 poliedros regulares que existen y luego, 4 de éstos (tetraedro o d4, hexaedro o d6, icosaedro o d20, octaedro o d8) fueron asociados con los 4 elementos de los griegos antiguos (tierra, fuego, agua, aire). El quinto de ellos, el dodecaedro o d20 se asignó al universo o al concepto de dios en algunos casos.
Para aquellos que no tengan una buena imaginación espacial abstracta, en esta página pueden ver los 5 poliedros con un applet de Java, muy útil para visualizar.
Johannes Kepler consideró que las órbitas de los planetas debían seguir las leyes pitagóricas de la armonía, ya que pensaba que no era una mera casualidad que el número de planetas (que se conocían hasta la fecha) fuera 6. Él pensaba que Mercurio debía estar en una esfera interior, y los otros planetas (Venus, Tierra, Marte, Júpiter y Saturno) estaban dentro de los diferentes poliedros regulares.
Más tarde se dió cuenta (por mediciones que hizó Tycho Brahe sobre la órbita de Marte) que eso era imposible. Después de mucho trabajo y luego de probar con círculos, óvalos y por último elipses, enunció sus famosas 3 leyes del movimiento de los planetas.
Bueno, espero que no se encuentren dormidos luego de esta breve reseña histórica que me pareció interesante. Los espero en el próximo post para seguir explicándoles el por qué los poliedros son útiles como dados...
¡¡¡Simplemente porque los mismos presentan una simetría tal que nos permite asegurar que la posibilidad de que caiga sobre cualquiera de sus caras es la misma!!!
De hecho, esa fue una de las razones por las cuales Kepler pensaba lo que pensaba sobre ellos y los planetas descubiertos.
ResponderBorrarPara el esa casualidad no podía ser sino obra de un Dios. :)